Nutrir por dos años
Mi única hija acaba de cumplir dos años y en el marco de esta celebración, yo alcancé un logro maternal: mantener la edad de lactancia prolongada como lo recomienda la OMS y la UNICEF. Este momento me parecía tan eterno, tan lejano cuando, estando embarazada, le propuse a mi esposo seguir ese camino. La lactancia no había sido un tema de interés para mí hasta que me embaracé y debí y quise saber de ella. Tuve revelaciones o simplemente encontré nuevos significados.
Yo no tuve un parto natural, por lo tanto, no experimenté esa cúspide del «poder femenino» del que ahora muchos movimientos invitan a apropiarse y eso, fue una pérdida. Confieso envidiar a todas aquellas que lo han hecho, y ni que decir, a aquellas que lo han hecho con parteras, en casa, en agua, acuclilladas, en fin. Sin embargo, el poder de producir la más pura y dulce leche por dos años, ha compensado, de alguna forma, esa pérdida, ya que me ha permitido estar inmersa en lo instintivo con lo que tanto quería estar conectada. Me siento feliz y orgullosa con este logro pero el peso social del destete, me empaña. Y sí, los investigadores de la lactancia consideran que la práctica del destete se da más por un orden social que por un proceso natural. Mi hija tiene dos años y cinco días y no veo que esté próxima a dejar su teta. ¿Cómo podría si muchas veces se acerca a mi pecho a decirle «amo»? Y es que yo también estoy profundamente enamorada de todos los besos que le puedo dar, de cuánto la puedo oler, de su mirada, su sonrisa, su inquietud, su paz cuando está en mi pecho. Resalto que no todo ha sido tan sublime, aún no lo es, pero como todo balance sano de la vida, me quedo con la hermosura de este acto tan nuestro de cada día.
Escribir sobre mi experiencia de maternidad en un espacio para «mujeres con visión» parecería ser incompatible si se hace desde una precipitada mirada al concepto de visión entendido solo como el proceso de escalada hacia el éxito profesional y yo, en este momento, estoy muy alejada de ese éxito. Sin embargo, cuando me paro desde otra interpretación, concluyo que sí califico en este grupo de mujeres porque siento la satisfacción de haber alcanzado algo que deseé profundamente. Califico en este grupo de mujeres porque veo mi aporte en un ámbito de altísima relevancia para la trascendencia humana: el cuidado amoroso del ser vivo más indefenso de todos.
Me gustaría que este testimonio invitara a las mujeres que se deciden por la maternidad a enamorarse de la lactancia a través de la información y el apoyo que hay que saber buscar. También me gustaría que aquellas madres que no se detendrán laboralmente, busquen todas las alternativas para mantener la lactancia cuando regresen a sus actividades, pues sé que sí es posible, no lo he vivido pero hay evidencias muy admirables (véanse esas fotos virales de parlamentarias europeas que deliberan con sus bebés en brazos o campesinas andinas que labran la tierra con sus bebés en la espalda). Rodearse personal y virtualmente de las personas adecuadas es clave. Como también lo es el convencerse de la «magia» del cuerpo femenino que luego de la co-creación del embarazo (mi lectura espiritual de este hecho), tiene la posibilidad de continuar facilitando la vida humana: el pecho es el posterior útero.
Estos son unos ejemplos de páginas de Facebook para la compañía virtual:
https://www.facebook.com/themilksunshinecoast?fref=ts
https://www.facebook.com/bfmamatalk?fref=ts
https://www.facebook.com/Breastfeeding-Challenge-Vancouver-Coastal-Health-112734622116715/timeline/
https://www.facebook.com/Placentera?fref=ts
https://www.facebook.com/CenidelGHK?fref=ts
https://www.facebook.com/lavialacteagye?fref=ts