Excelentes producciones presentadas en Teatro bajo las Estrellas
Martes y miércoles fueron días para ir con la familia y los amigos a Stanley Park y disfrutar de los musicales Hairspray y Oliver! The Musical. Con una producción a cargo de Shel Piercy, coreografía de Keri Minty y Shelley Stewart Hunt, y teniendo como director musical a Kerry O’Donovan, las presentaciones fueron para excelentes.
En Hairspray, una joven mujer que por ser de apariencia distinta a la aceptada socialmente lucha por abrirse un espacio dentro del mundo artístico, así como para romper con estereotipos. Sin duda una obra que por su contenido se adecua a la época actual y sirve de inspiración a las mujeres de nuestros días.
Oliver! The Musical, basada en la obra de Charles Dickens, no deja de sorprender al público con las aventuras del niño huérfano que lleva la alegría a donde quiera que la vida lo lleve: para él no hay límites.
Un escenario al aire libre rodeado de naturaleza, un clima agradable, alimentos y bebidas para disfrutar en el intermedio hicieron de la experiencia una de esas que vale la pena recordar.
El martes, en Hairspray nos sorprendió la audacia de la protagonista, nos divirtió su sencillez pero nos alentó su determinación; el miércoles, Oliver nos enterneció con su inocencia, nos hizo reír con sus ocurrencias y nos conmovió con su historia. La producción fue increíble en ambas presentaciones: en Hairspray los vestuarios y los escenarios movibles hicieron que cada momento estuviera lleno de dinamismo, además de los bailes y canciones repletas de ritmo y picardía; en Oliver, el realismo fue parte esencial. ¡Hasta llovió! Nos hicieron cantar y participar en el desarrollo de la obra. La actuación y profesionalismo de los jóvenes actores –niños y niñas– fue increíble.
Cuando crees que ya no hay nada qué hacer en la ciudad, siempre hay algo que termina por robarte el aliento o –por lo menos– hacerte pasar un muy buen rato.