¿Puede tu imagen afectar tu desarrollo profesional? (parte I)
Durante el otoño de 2011, recuerdo haber leído un artículo en The New York Times acerca de un estudio realizado por la Universidad de Harvard y financiado por Procter & Gamble, en el que se estudiaban los efectos del maquillaje en la apariencia o imagen profesional que una mujer proyecta. En resumen, el estudio encontró que las mujeres que usan más maquillaje se consideraron más competentes que las que usan menos o las que no se maquillan. De alguna forma, el maquillaje ayuda a la mujer a proyectar una imagen positiva de confianza y simpatía. Por supuesto que lo fundamental es ¡saber usar el maquillaje!
Desde que lo leí, he tenido este artículo presente cada maña antes de ir a trabajar. Reconozco que trato de reinventar constante y sutilmente mi imagen. No me considero frívola o presuntuosa; sin embargo, tengo que reconocer que he recibido comentarios positivos sobre mi imagen, lo que me ha permitido sentirme más segura y mis jefes lo han notado, pues desde entonces muchas oportunidades se abrieron para mi desarrollo profesional. De 2011 a 2015 recibí constantemente promociones o reconocimientos por mi trabajo. Claro que, esto no se lo atribuyo al 100% a mi imagen, pues también trabajé de manera constante y ardua, en donde la imagen que desarrollé jugó un papel importante, casi estratégico, no solo con el maquillaje y la ropa sino también con mi liderazgo y forma de relacionarme con mis colegas, y clientes.
Así pues, quiero compartir con las lectoras algunas ideas que pueden ayudarlas a revitalizar su imagen. Las siguientes son mis cinco reglas de oro:
1. Tu nueva imagen comienza siempre con lo más importante, reconociendo tu belleza natural.
2. El maquillaje es solo una herramienta para resaltar ciertos atributos y para camuflar ciertas imperfecciones. El maquillaje para ir a trabajar no es el mismo que usarías en la boda o los XV años de tu prima.
3. Viste de acuerdo a tu edad y tipo de silueta, a la vez que consideras el estilo de la organización para la que trabajas.
4. La ropa o el maquillaje más caros no son siempre los mejores. Soy una firme creyente de que no necesitas gastar una fortuna para lucir profesional y estilizada.
5. Práctica. Aplicar maquillaje es un arte y como tal, la práctica hace al maestro. Cuando practicas te puedes dar cuenta de qué colores funcionan mejor para ti y esto te ayudará a sentirte más cómoda y segura cuando decidas usar tu nuevo estilo.